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Inflamación digestiva: cuando no es solo la comida, sino tus emociones las que te inflaman

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En consulta, me encuentro cada vez más personas que sufren pérdida de capacidad digestiva, que se manifiesta con inflamación abdominal después de comer, gases molestos y, en muchos casos, cambios en el tránsito intestinal.


Esta situación genera una auténtica obsesión: buscan, casi con lupa, qué alimento puede estar causando sus síntomas. Hasta que llega un momento en que ya no saben qué es lo que les sienta mal.


Muchas personas acaban eliminando muchísimos alimentos de su dieta, lo que termina provocando problemas serios: déficits nutricionales, desorganización en su día a día y un enorme impacto en su bienestar físico, mental y social.


Lo fundamental es entender que muchos de estos cuadros –gastritis crónicas, disbiosis, SIBO, hinchazón constante– tienen un componente emocional y de gestión del estrés elevadísimo.


Si no trabajamos el origen emocional, lo único que conseguimos es entrar en un círculo vicioso: más miedo a la comida, más restricciones, más estrés y, finalmente, más inflamación.


Por eso, la única manera real de evitar recaídas es un abordaje integral, que combine:


  • Dietoterapia específica, adaptada a cada persona, con restricciones moderadas (sin caer en extremos que generen más obsesión).

  • Trabajo emocional, descanso adecuado y técnicas de gestión del estrés.

  • Restauración de la microbiota a través de suplementación y alimentación consciente.


Es esencial concienciar a la población de que existe algo llamado eje intestino-cerebro, que está funcionando constantemente en nuestro organismo.


Nuestras emociones y cómo gestionamos el estrés pueden alterar la microbiota, inflamar el intestino y hacer que perdamos capacidad digestiva para fibras o ciertos alimentos.


Pero cuidado: eliminar de manera definitiva las fibras o grupos completos de alimentos no es la solución. Al contrario:


  • Favorece la permeabilidad intestinal.

  • Genera más inflamación.

  • Deteriora la diversidad de nuestra microbiota, que precisamente se alimenta de fibra.


Si convives con inflamación, empieza por escuchar tu cuerpo.


  • Haz una valoración de tus niveles de estrés (incluido el estrés físico, como el ayuno o la desnutrición).

  • No normalices sentirte hinchado o con dolor cada día.

  • Y sobre todo, recuerda esto: la farmacología puede aliviar los síntomas al inicio, pero la verdadera solución a largo plazo está en:

    • la dietoterapia bien diseñada y supervisada,

    • la suplementación adecuada,

    • y un trabajo profundo de gestión del estrés.


Solo así lograrás evitar recaídas y construir resiliencia digestiva y emocional.


¿Has normalizado vivir hinchada o con molestias? ¿Sientes que la alimentación empieza a obsesionarte y ya no sabes qué te sienta bien?


No tienes por qué vivir así. Tu cuerpo habla… ¡vamos a escucharlo!


👉 Pide tu consulta conmigo y empecemos a trabajar desde la raíz, para que vuelvas a disfrutar de la comida y de tu vida.

 
 
 

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